Puedes aspirar al proceso de admisión si te caracterizas por percibir la labor educadora como un llamado de DIOS, como una actitud que trasciende a la profesión. Es decir, para ti educar debe estar más allá de ganarte la vida.
Disfrutas estar con niños y niñas, formar en principios, hacer parte de las actividades ruidosas y ludificar tus experiencias con los estudiantes😃.
Entiendes que enseñar es una labor de los padres y como maestros apoyamos el proceso. Te gusta comunicarte con los demás respetando las diferencias y la individualidad. Entiendes que estás cambiando al mundo🌎, formando el carácter y alimentando la conciencia de los más pequeños. Te entregas dando lugar a los demás primero.